domingo, 30 de noviembre de 2014





Por Ezequiel Toti*

Basta con mirar algunos países como Noruega, Dinamarca y Holanda, para desterrar el mito según el cual la monarquía es algo obsoleto, sino que por el contrario cada vez mas jóvenes se ven atraídos por la idea de retomar esta ancestral tradición, basta con observar los grandes beneficios económicos respecto a las repúblicas, las cuales desde la revolución francesa en adelante han demostrado estar muy lejos de la perfección.
Este breve articulo tiene como fin exponer una reflexión personal sobre la figura del Rey ya que el mismo viene educado desde la cuna para el rol social que va a cumplir, esta entrenado para no tener ataduras y actuar super-partes estando por encima de las luchas de partidos políticos, velando solo por su pueblo.
En palabras de S.A.R. Amadeo de Saboya la monarquía es un ''pegamento'', une al pueblo y es una garantía para las minorías étnicas y lingüísticas.
El monarca pasa a ser un símbolo, un padre de hogar simbólico que trata de conciliar las posturas y diferencias de sus hijos bajo un mismo código de valores.
La monarquía da una sensación de continuidad y de inmutabilidad, transmite seguridad al pueblo demostrándole que independientemente de la dirección que tomen las políticas de la nación habrá siempre una figura que defenderá la unión de los ciudadanos y de los valores culturales que profesan.
Las escrituras nos indican que todo poder viene de lo alto, es decir que para los creyentes el retorno de la monarquía seria simplemente el restablecimiento del orden natural de las cosas, esto no quiere decir que los monarcas sean seres perfectos divinizados pero ciertamente dejarnos guiar por ellos es un riesgo que vale la pena correr.-

*Presidente de la Delegacion Argentina del movimiento monarquico italiano Rinnovamento nella Tradizione

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