Como es tradición desde 1.975, el primer sábado de octubre un grupo de fieles une el Santuario de San Cayetano, ubicado en el barrio porteño de Liniers, con la Basílica de Luján en un recorrido a pie de casi sesenta kilómetros que, en promedio, lleva cerca de quince horas a cada peregrino, sin contar las paradas para descanso que realicen.
La Virgen de Luján esperaba por
los peregrinos. Foto: Traditio.
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La columna principal de peregrinos partió de Liniers al mediodía del sábado para acompañar en su recorrido a la imagen cabecera de la Virgen que salío de San Cayetano en ese horario luego de ser bedencida, aunque desde la madrugada muchos jóvenes iniciaban la caminata en la intersección de las avenidas General Paz y Rivadavia.
Debido a que el Arzobispo Mario Poli se encontraba en el Sínodo de Obispos en la Ciudad del Vaticano, la misa central fue encabezada por el Vicario del Arzobispado, Monseñor Mariano Sucunza, quien sostuvo que el lema de este año "enseguida nos lleva a las próximas elecciones" (presidenciales, a realizarse el 25 de octubre) y que, pese al ruego a la Virgen, "es responsabilidad de cada uno cuidar a la patria".
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