Por Davide
Romano
Chicago, 18
de agosto – Abatir estatuas y remover monumentos parece de gran moda en este
periodo en los Estados Unidos. Después de los incidentes de Charlottesville en
ocasión de la remoción de una estatua del General Lee el 13 de agosto pasado,
en estos días desde North Carolina a Baltimore se han sucedido los
derrocamientos de estatuas sureñas. Pero al espíritu de censura boldriniano* que
cae como rafaga sobre los Estados Unidos no le interesa solo los símbolos
confederados.
Desde
Chicago llega la noticia que algunos consejeros municipales se estarian
movilizando para remover el monumento a Italo Balbo, la columna romana donada
por Benito Mussolini en 1933 en ocasion de la Crociera Aerea del Decennale, el
cruce atlantico con la cual el entonces ministro de Aeronautica condujo 25
hidroaviones en formacion desde Orbetello al lago Michigan, representando asi a
Italia en la exposicion universal que se realizo en ese año en la capital de
Illinios.
Mas allá de
la remoción o la ´´reinterpretacion´´ del monumento dedicado al cruce (que
incluye una inscripción de alabanzas a la Roma Imperial y a la Italia
Fascista), esta también la voluntad de renombrar Balbo Drive, la calle que
atraviesa el Grant Park de Chicago, en proximidad del Lago Michigan. ´´Estoy
asombrado que tantos ciudadanos de Chicago aun no hayan pedido la remoción de
estos símbolos del fascismo´´, ha dicho el consejero demócrata Ed Burke, ´´una
calle y una estatua que lleven el nombre de Italo Balbo, donada por el dictador
Benito Mussolini, deberían haber sido removidas hace décadas, no deben formar
parte del paisaje de la ciudad´´.
Pero que
cosa deberíamos hacer con la columna romana donada por Mussolini y a quien
dedicar el nuevo nombre de la calle dedicada al quadrumviro de la Marcha
sobre Roma? El periódico local Curbed Chicago (hay peticiones ya en Change.org)
ha pedido a sus lectores y han llegado distintas propuestas : para Balbo Drive
hay quien pide de renombrar la calle a la activista de los derechos civiles Ida
B. Wells, o quien pide elegir la figura de un italiano con una figura mas ‘’políticamente
correcta’’como Enrico Fermi por ejemplo.
Respecto a
la columna romana, convertida con el tiempo mas que en símbolo de la Italia
fascista, en un verdadero motivo de orgullo para toda la comunidad
italo-americana de Illinois, hay quien pide simplemente de removerla, quien
pide transferirla a un museo, quien sugiere agregarle una inscripción sobre los
peligros del fascismo. En resumen un teatrito que en Italia y Europa en
general, conocemos bien y que hasta ahora se había ahorrado en parte a los
Estados Unidos, que desde hace rato no parecen estar en grado de hacer las
paces con su propio pasado: ya sea por buenos tratos con la Italia Fascista en
los ´30 o de la guerra de secesión, la censura en nombre del pensamiento único
no hace distinciones.
*Laura Boldrini es la presidente de la Camara de
Diputados italiana
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