jueves, 22 de noviembre de 2018






El cruzado Amadeo III, de la dinastía Saboya, según una leyenda tenía a su lado un caballero invisible que lo seguía siempre como una sombra. En una oportunidad este le habría dicho: ‘’La gloria te espera mas allá de los mares, pero tu armadura no será entregada a caballero alguno’’, frase de la cual entendió que no habría continuidad en su tradición caballeresca debido a que no dejaría descendencia.
Terminada la segunda cruzada, luego de esta prueba de valentía y sacrificio donde entendió el misterioso amigo guardián le dijo: ‘’tus fatigas serán recompensadas con un hijo que será Santo’’, en efecto su hijo Humberto III eligió la vida monástica y murió en olor de santidad.
Héroe se puede ser en un instante cuando se presenta la oportunidad, caballero es una decisión del día a día y santo puede ser cualquiera desde su lugar.

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