Foto: Vince Fleming, Unsplash |
Por Ezequiel Toti
La muerte de George Floyd, en Minneapolis (EEUU) tras ser rutalmente reducido por el policía Derek Chauvin conmocionó a dicho país donde se han llevado a cabo desde protestas pacificas hasta saqueos y episodios de violencia de todo tipo.
El justo reclamo en lugar de apuntar al Alcalde a cargo del lugar del hecho o el Jefe de Policía, fue estratégica y coordinadamente dirigido en cambio hacia el Presidente Trump ¿De que manera podría el Presidente tener la culpa?.
Algún tiempo atrás allá por 1857, la corte suprema de este país dictaminaba que el ciudadano negro no era ''persona'' (como lo hacen muchos estados hoy ante el bebe en gestación) poniendo en evidencia que hay actos intrínsecamente malos o buenos independientemente de su legalidad o ilegalidad.
Si bien los Estados Unidos han sabido superar en una enorme medida los odios raciales al punto de haber tenido recientemente un presidente afroamericano, pareciera que la instrumentalizacion del ciudadano negro solo muta en su forma pero permanece mas presente que nunca, ya no a manos de una minoria de terratenientes esclavistas sino de toda una sociedad ideologizada.
Hoy la narrativa progresista utiliza al hombre de color para hacer propaganda victimistica y ligarla a otras causas, el ciudadano de a pie lo instrumentaliza para subir memes y sentirse héroe por un rato, e intereses inconfesables lo utilizan por medio de la inmigración en masa en lo que el Cardenal guineano Robert Sarah denomina ''nuevas formas de esclavitud''.
Esta progresía que tiene un especial santuario en la clase media-alta millenial de nuestro país solo se acuerda de alguna causa de odio racial cuando viene presentada en la bandeja de los medios masivos, pero hace un silencio sepulcral ante los desaparecidos en democracia, los casos de abuso y de violencia contra comunidades indígenas como los Qom.
Siempre en la búsqueda de originalidad seguirán utilizando a esta noble raza para adoptar un bebe de color, o en su defecto por polaridad cosificaran a una mujer como incubadora para que sea perfectamente rubio y cumplir así el capricho personal de una paternidad incompleta, pero eso si, la consigna ante todo es que destaque, si es el bebe es un mestizo no es cool.
La grandeza de este pueblo africano es ante todo la grandeza que tiene ante los ojos de Dios, que nos ha dado santos de la talla de Santa Josefina Bakhita, San Martín de Porres y San Benito de Palermo que nos recuerdan que la solución nunca sera el ''ojo por ojo'' y el circulo vicioso de la violencia sino la mansedumbre libremente aceptada para llamar a la reflexión al otro, la protesta pacifica y el lugar de la verborragia un poderoso silencio.
Sobre la fuerza del silencio el Cardenal africano anteriormente citado ha escrito un libro ¿Sera que el ultimo bastión de la paz cristiana vendrá de un autentico Papa Negro? Tal vez la ultima pincelada de la
Iglesia la de un hombre de color.
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