Compartimos las palabras de la Sra. Olay de Leanza en memoria de San Maximiliano Maria Kolbe, victima de la barbarie nazi. Es dable notar que cuando un hermano judío se convierte al Cristianismo lo termina entendiendo muchas veces mas que los propios cristianos, pues todo el Evangelio y la Liturgia tienen una base hebrea.
Querido Padre Kolbe,
Dijo Jesús cierta vez “AMENSE LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO LOS HE AMADO”, “NO HAY AMOR MÁS GRANDE, QUE DAR LA VIDA POR LOS AMIGOS”. (Jn. 15, 12 -13) Y con esto te bastó para entender en plenitud su evangelio, mensaje de salvación.
Tus escritos y homilías, cantaban la Gloria de Dios, difundirla por el mundo fue tu gran preocupación, lo que tal vez no sabias, con cuanto contribuirías para hacerla aún mayor.
No hizo falta un sermón para testimoniar tu fe, tu amor y esperanza, fue tu entrega tan total y tan real que todo el mundo entendió tu mensaje y tu alabanza.
Tu figura se agiganta por esa chispa de Dios, que movió a tu noble alma a entregar tu vida entera por salvar al padre de cinco hijos, sentenciado a muerte injustamente por el hombre pecador.
En 1939 los nazis apresaron al Padre Kolbe, enviándolo al campo de concentración de Auschwitz. Al tiempo, a causa de una fuga condenan a diez prisioneros a morir de hambre en el “bunker de la muerte”, El P. Kolbe se ofrece a reemplazar a un padre de cinco hijos, falleciendo el14 de Agosto de 1941..
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En ese tiempo de guerra, cuando las bajas pasiones, denigran al hombre en sus acciones, tu testimonio de amor, brilla mucho más que el sol.
¡Que ofrenda tan preciosa la inmolación de tu vida!
Fue la joya más valiosa que entregaste al Señor.
Hoy quiero agradecerte, reverenciando tu nombre, por ese gesto tan noble, tan real y tan cercano, que es bendición, ser hermano de un santo sensacional.
“MAXIMILIANO KOLBE NO MURIÓ, SU VIDA POR AMOR, LIBREMENTE LA ENTREGÓ.”
Raquel Olay de Leanza
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