Hoy se cumplen dos años del fallecimiento del sacerdote paulino Hernán Pérez Etchepare, quien al momento de su defunción esperaba la autorización de sus superiores para convertirse en socio honorario del movimiento Rinnovamento nella Tradizione.
Caracterizado
por no usar siempre el alzacuellos y gran amante de la poesía, el párroco fue director
de la revista mensual “La Liturgia Cotidiana”, la editorial que se encarga además
de la “Hojita del Domingo” -el folletín que se entrega los domingos en misa-, y
pertenecía a la Congregación Pío Sociedad de San Pablo, donde realizó su
formación religiosa paulina y estudió filosofía. También se formó en
Teología y se especializó en Relaciones
Públicas y Ceremonial de Empresas.
Su principal colaboradora, Elsa Lorences de
Llaneza, recordó que cuando conoció al sacerdote, éste se mostró “acogedor,
campechano, abierto, joven y risueño” y resaltó que “a todo el mundo los recibía de la misma
manera”.
Además,
destacó que poco antes de su muerte, cuando ya su salud se encontraba frágil,
el padre le regaló una planta: “Nunca en diez años me había ofrecido ninguna.
Sentí dentro de mí que era su despedida. Sabiendo como las adoraba le dije que
me la ofrezca otro día, pero él eligió tres y me las regaló. Cuando me estaba
yendo, me abrazó y me dijo: ‘Sos una buena mina’. Esta última frase y sus
plantas fueron todo su legado en mis diez años a su lado”.
Por
su parte, la editora de Traditio Eva
Lucero de Ortega, muy cercana a Pérez Etchepare, sostuvo que “recordarlo será como
evocar a la alegría evangelizadora de la cultura, a la ternura gozosa de los
hermanados en Cristo”. Además concluyó: “a dos años de su partida a la Casa del
Padre, permanecen vigentes los momentos vividos en el Café del Abrazo Literario
de la Editorial San Pablo''.
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