Compartimos la Carta Abierta de nuestro Secretario General escrita de motu propio y apelando a la conciencia de los servidores publicos indecisos ante el tema vigente de la ley aborto.
Honorables legisladores y diputados de la nación.
En esta oportunidad me veo en la necesidad de dirigirme a ustedes por el tema del debate sobre la despenalización del aborto. Como padre es algo que me preocupa, dado que define el tipo de futuro que dejamos a nuestros hijos.
Están ante la oportunidad de pasar a contemporánea argentina como los legisladores que tomaron una determinación trascendental e importante al respecto de la dignidad de la vida de millones de argentinos aún por nacer.
Hablamos de mucha responsabilidad, que tiene los contribuyentes, los votantes y ustedes quienes nos representan. Despenalizar el aborto es una solución ‘fácil’ y solo busca sacarse responsabilidades de encima.
En ningún momento se pudieron demostrar los números que esgrimen las organizaciones que buscan despenalizar esta práctica. En cambio, millones de argentinos, en capacidad de votar, productivos y contribuyentes; dispuestos a movilizarse por voluntad propia, sin necesidad de punteros, sindicatos, o partidos rechazan esta despenalización.
Tratar de legislar sobre cuándo inicia la vida. Un tema que ocupa millones de páginas, manifestación impresa del trabajo de muchos científicos, horas y horas de investigación, es pretender abarcar lo que no nos corresponde.
Toda vida vale, y por prácticos que seamos, ninguno está en capacidad de defenderse sin derechos humanos y derechos de la niñez, sin el juramento hipocrático que toma cada médico. Todos necesitamos de instituciones que garanticen el acceso a salud, servicios y defensa de nuestra integridad.
Despenalizar es el primer paso dado a negar todo esto por pensar que no hay suficientes recursos para hacerlo, o porque en algún momento arbitrariamente alguien es ‘menos humano’.
Argentina es un país rico y grande, ustedes como representantes deberían estar asegurando que la salud, justicia y educación llegue a todos sus ciudadanos por igual.
La vida que crece en el seno de cada mujer es un individuo con genética propia; que significa dignidad y derechos inherentes. No un parásito que se aloja en un huésped como quieren hacer creer para callar sus conciencias.
Carlos F. Pedraza G.
0 comentarios:
Publicar un comentario