El talante de diálogo y acercamiento a posiciones aparentemente antagónicas de que hace gala el nuevo presidente del Gobierno español podría, antes de lo que imaginamos, otear territorios que en su día hicieron célebre a Rodríguez Zapatero. Y uno indudable en la reputación de éste –para satisfacción de algunos y chanzas de los más– fue la iniciativa lanzada en Mallorca en 2005 para crear una Alianza de Civilizaciones, junto al dirigente turco, Erdogan.
Desde aquella fecha, las reuniones de expertos en diálogo entre Oriente y Occidente han seguido un curso decadente hasta casi extinguirse. Pero, como nunca es tarde si la dicha es buena, sería interesante prepararse para lo peor, y sugerir la lectura de algunas obras monográficas a quienes todavía piensan que el problema del islamismo se asienta sobre un problema de diálogo o, peor aún, de léxico.
En «El mito del paraíso andalusí», de reciente aparición en castellano, el profesor de la universidad de Northwestern Darío Fernández-Morera desmonta algunos tópicos sobre la convivencia de musulmanes, cristianos y judíos en la España árabe. Clichés muy útiles para el lenguaje políticamente correcto, pero completamente inexactos.
Fernández-Morera advierte, por ejemplo, que en el modelo idealizado de Al-Andalus los mozárabes –los cristianos y judíos conquistados– eran en realidad «dimmi», súbditos obligados al pago de un impuesto especial y a otras cargas. La teórica «libertad de costumbres» frente al presunto oscurantismo de los reinos cristianos de la época se refiere tan solo a la vida disoluta de los reyes moros, y nunca a la de sus súbditos. Y el clima de lujo y sofisticación de las cortes y de los harenes, donde vivían las concubinas, se lograba a costa de las esclavas sexuales, consentidas de modo explícito por el Corán cuando se trata de botín de la yihad, la «guerra santa». Conquista y Reconquista son los términos correctos para hablar de la historia de aquellos siglos, y no la pacífica «emigración árabe» hacia Europa que trata de endosarnos hoy cierto revisionismo progre.
Fuente : ABC Internacional via VoxTempli
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