En este 14 de agosto, recordamos a San Maximiliano Kolbe, clérigo
franciscano oriundo de Polonia, quien fuera asesinado en Auschwitz durante la
segunda guerra mundial.
De origen judío, se convirtió al cristianismo caracterizándose
por su acérrima lucha contra las herejías modernistas y por su devoción a la Inmaculada,
fundando en su honor la Milicia a Ella intitulada y de cuyo sitio nos
permitimos extraer estas reflexiones Marianas de su autoría.
"Creando a los
ángeles, Dios quiso que dieran, con plena conciencia y voluntad, la prueba de
que siempre y en todo desearían cumplir su voluntad. Les manifestó el misterio
de la Encarnación y les anunció que llamaría a la existencia a un ser humano,
dotado de alma y cuerpo, y que elevaría a tal criatura a la dignidad de Madre
de Dios y que por esa razón Ella llegaría a ser también su Reina y que ellos
deberían también venerarla" (EK 1311).
"Ella es sólo
Madre de Misericordia, por ende, se apresura a acudir, aunque no sea de ninguna
manera invocada, allí donde se manifiesta de manera más grave la miseria de las
almas" (EK 1094).
"María, en la
Anunciación, te acogió de buen grado como hijo" (EK 1334).
"El vértice del
amor de la creación que retorna a Dios es la Inmaculada. Y en ella se realiza
el milagro de la unión de Dios con la creación" (EK 1310).
"Desde el primer
instante de su existencia, el Dador de las gracias, el Espíritu Santo,
estableció la propia morada en su alma, tomó absoluta posesión de Ella y la
compenetró de tal modo, que el nombre de Esposa del Espíritu Santo no expresa
sino una sombra lejana, pálida, imperfecta, de tal unión" (EK 1224).
"El Espíritu
Santo obra únicamente por medio de la Inmaculada, su Esposa" (EK 634).
"La gracia viene
a nosotros del Padre por el Hijo y el Espíritu Santo. Los frutos de esta gracia
suben de nosotros al Padre en orden inverso, o sea por el Espíritu Santo, es
decir por la Inmaculada, y Jesús. Es este el estupendo prototipo del principio
de acción y reacción, igual y contraria, como afirman las ciencias naturales
(EK 634).
"María, por el
hecho de ser Madre de Jesús Salvador, llegó a ser corredentora del género
humano, mientras que por el hecho de ser la esposa del Espíritu Santo, toma
parte en la distribución de todas las gracias" (EK 1229).
"He de decirte
que no sólo es difícil, sino imposible, acercarnos a Jesús sin María... Tú me
responderás: ¿Puedo yo hablar abiertamente con Jesús sin pensar en María?.
Querido mío, no se trata de lo que tú debas sentir o pensar, sino únicamente
que ésta es justamente la realidad, aunque no pensaras para nada" (EK
643).
"También en
nosotros Ella es Madre de Dios... y nos hace dioses y madres de Dios que
engendran a Jesucristo en la almas" (EK 486).
"Él la creó tan
poderosa que basta uno de sus deseos para doblegar enseguida el Corazón
infinito de Dios" (EK 1248).
"Nosotros
llegamos a ser el medio por el cual la Inmaculada ama a Jesús" (EK 508).
"Jesús fue el
primero en honrarla como a su Madre, actuando el mandamiento: Honra a tu padre
y a tu madre (Dt 5,16); y por eso nosotros debemos imitarlo también en
esto" (EK 751).
"La Inmaculada
es la Omnipotencia Suplicante. Toda conversión y toda santificación son obra de
la gracia, y Ella es la mediadora de todas las gracias" (EK 1331).
"Efectivamente,
como a través de María tuvo inicio la salvación, así también a través de Ella
la salvación llegará a su consumación... Reflexionemos bien sobre todas estas
cosas" (EK 1129).
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