sábado, 22 de septiembre de 2018


Bendita la crisis que te hizo crecer, la caída que te hizo mirar al cielo, el problema que te hizo buscar a Dios". San Pio de Pietrelcina




Por Ezequiel Toti

Este año nuestro país tuvo el privilegio de recibir la visita del corazón del
Padre Pío, el cual estuvo expuesto para la veneración de los fieles desde el 19 al 25 de abril.

Al enterarme de la noticia lo primero que pensé es ¿Qué haría si me entero que un amigo íntimo de Jesús viene a visitar mi ciudad unos días?
La Catedral de Buenos Aires desbordaba de fieles y curiosos, todos aquellos que un poco más o un poco menos leyeron o escucharon sobre su vida, una vida llena de prodigios indisolublemente ligados a su santidad.

El Padre Pío tenía entre otros dones el de la bilocación, es decir podía estar en dos lugares al mismo tiempo, también la ‘’scrutatio cordis’’ (la gracia de poder leer la conciencia de las personas) y el don de la profecía.

Entre las miles de anécdotas tenemos la del obispo uruguayo Monseñor Damiani quien viajando a verlo ya enfermo en San Giovanni Rotondo le hizo prometer al santo que lo visitaría antes de su muerte.

En 1941 ya gravemente enfermo Mons. Damiani, aconteció que un fraile capuchino golpeó la puerta una medianoche al Arzobispo de Montevideo Monseñor Barbieri, diciéndole : ‘’vaya inmediatamente a ver a Monseñor Damiani. Se está muriendo’’, llegando a tiempo para suministrarle la extremaunción y notando un papel que no termino de escribir en su lecho de muerte pero que comenzaba con un ‘’Padre Pio…’’
De esta visita no solo quedó un guante que curó a muchas personas y los testimonios de gente que vio un monje capuchino por el palacio episcopal sino también el hecho que años más tarde, en 1949, en su visita a San Giovanni Rotondo Mons. Barbieri pudo reconocer en el Padre Pio al capuchino que vio esa noche, quien por cierto nunca salió de su celda monacal en Italia. Hoy en día en Salto, Uruguay, una gruta recuerda este hecho y sus sucesivos milagros.

Solemos leer milagros de santos que vivieron hace cientos de años que ponen en duda nuestro ser racional, con el Padre Pio, quien murió en plena década del ’60, y ante los miles de testimonios de quienes lo conocieron nos llenamos de gozo al saber que Dios sigue regalándonos fieles servidores que no tienen barreras físicas y racionales para salvar almas y que pareciendo salir de un cuento de hadas hacen de este mundo un lugar donde todavía hay esperanza.

Confieso que hace muchos años con mis primeras lecturas al respecto dudaba de tales prodigios, pero conociéndolo mas, los miles de testimonios, su sencillez, su vida de oración constante, su amor a Cristo y la firmeza en la corrección al hermano errado, me di cuenta que una vida entera de santidad no puede ser falsificada.

Este santo de carne y hueso, reciente en la historia, palpable, que sufrió los estigmas de Cristo, que confesaba por horas, y que entre otras cosas profetizó una Italia renovada, prometió no descansar en el Cielo hasta salvar a todas las almas que le fueron confiadas.
Su reliquia visitó la Catedral de Buenos Aires, la Basílica de Luján, el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya, la Basílica de la Piedad (donde se encontró con los restos de la Santa argentina ‘’Mama Antula’’) y posteriormente fue acercada  a los niños del Hospital Garrahan.

Una reliquia de un Santo que está contemplando a Dios actualmente es comparable a una ventana a la Gloria del Padre, verla es acercarse al amor profundo e incondicional que nos espera si hacemos su voluntad.

Fotos de la visita (Marta de Toti & Ezequiel Toti):

















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