lunes, 22 de octubre de 2018



Los ataques contra los cristianos, sus templos, símbolos y costumbres no sólo no cesan en Europa sino que se multiplican. El último informe anual del Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos (OIDAC) aporta datos de los años 2016 y 2017 que prueban el aumento de hostilidades contra los cristianos en Europa, con más de 500 casos de intolerancia documentados. 



Cabe destacar que en 2016 han aumentado las profanaciones de templos. Las agresiones contra lugares de culto han aumentado un 8% con respecto a 2015.


De nuestro sitio hermanado Vox Templi


Ellen Fantini, Directora Ejecutiva del Observatorio, señaló que los casos “representan el rango de hostilidades que los cristianos experimentan en su vida cotidiana: desde hacer presión para interferir con la libertad religiosa, derechos de los padres, libertad de expresión y conciencia, y ataques físicos y vandalismo de iglesias y cementerios”.
Este informe se ha presentado el 1 de mayo de este año y consta de 80 páginas muy esclarecedoras de cómo en la actualidad los cristianos también son hostigados en Europa.
Los 500 casos de intolerancia incluyen 155 crímenes de odio cometidos contra cristianos en 18 países europeos y que fueron presentados por el Observatorio a la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), para que se añadan en su informe de crímenes de odio de 2017.
Como precisa un comunicado del Observatorio, varios de esos crímenes de odio fueron titulares en varios diarios, aunque la realidad es que la mayoría de los medios no muestran el mismo interés por los actos anticristianos que con los más minoritarios de otras religiones, incluso algunos de estos medios de comunicación parecen mantener cierta connivencia ideológica.
Un ejemplos de la gravedad de estos delitos contra los cristianos en Europa puede ser el ocurrido el 9 de febrero de 2018 en Alemania, donde el tribunal de Traunstein sentenció a cadena perpetua a un musulmán afgano de 30 años por asesinar a puñaladas a una afgana convertida al cristianismo. El crimen fue cometido en presencia de los hijos de la mujer.
Otro caso fue el de Ahmad Alhaw, un musulmán sentenciado a cadena perpetua el 1 de marzo de 2018 por matar a una persona e herir a otras siete durante un ataque con cuchillo en un supermercado en Hamburgo, cometido en julio de 2017.
Sin embargo, Fantini señaló que “los crímenes de odio informados a la OSCE no proporcionan una imagen completa de la situación de los cristianos en Europa”, debido a que “constituyen solo una fracción de las presiones que enfrentan los cristianos”.
En toda Europa, los cristianos han sido castigados por ejercer su libertad de expresión o de conciencia.
Un caso es el de Felix Ngole, expulsado de la escuela de posgrado por expresar sus opiniones cristianas en su cuenta personal de Facebook; y otro el de Richard Page, un cristiano que fue despedido como magistrado después de decir que era mejor para un niño ser criado por una madre y un padre.
“Hemos visto cada vez más negocios dirigidos por cristianos financieramente arruinados, cristianos que se ven obligados a elegir entre sus valores morales y sus profesiones, grupos de estudiantes cristianos silenciados en los campus y la excesiva injerencia gubernamental en los derechos de los padres”, advirtió Fantini.
Finalmente, recordó que “los derechos fundamentales a la libertad de religión, conciencia y expresión no tienen sentido si no pueden ser ejercidos libremente por todos los europeos”.
Destacar que en este informe, España no sale muy bien parada, no sólo porque es uno de los países europeos donde más casos de intolerancia a los cristianos se señalan después de Francia, casi 100 de los 500 del informe.
Un dato llamativo y peligroso es que gran parte de estos incidentes se suceden, directa o indirectamente, relacionados con los partidos de extrema izquierda radical que han tocado poder, especialmente en algunos ayuntamientos y comunidades autónomas, en los que está llevando una política de falta de libertad religiosa, especialmente dirigida a los católicos, con la excusa de la Ley de Memoria Histórica y la aconfensionalidad del Estado.
Para leer el informe completo ingrese AQUÍ.

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