El
cruzado Amadeo III, de la dinastía Saboya, según una leyenda tenía a su lado un
caballero invisible que lo seguía siempre como una sombra. En una oportunidad
este le habría dicho: ‘’La gloria te espera mas allá de los mares, pero tu
armadura no será entregada a caballero alguno’’, frase de la cual entendió que
no habría continuidad en su tradición caballeresca debido a que no dejaría descendencia.
Terminada
la segunda cruzada, luego de esta prueba de valentía y sacrificio donde entendió
el misterioso amigo guardián le dijo: ‘’tus fatigas serán recompensadas con un
hijo que será Santo’’, en efecto su hijo Humberto III eligió la vida monástica
y murió en olor de santidad.
Héroe
se puede ser en un instante cuando se presenta la oportunidad, caballero es una
decisión del día a día y santo puede ser cualquiera desde su lugar.
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