sábado, 24 de noviembre de 2018





P. Joseph Esper | Mar 21, 2015


¿EE.UU. ha permanecido fiel a los ideales que los fundaron?
Recientemente me dieron un pequeño libro llamado American History You Never Learned, que contiene mucha información acerca del descubrimiento del Nuevo Mundo, y el nacimiento de Estados Unidos, acaecido dentro del contexto directo de la bendición y dirección divinas.
En particular, Nuestra Señora (quien, bajo el título de la Inmaculada Concepción, es todavía hoy nuestra patrona nacional) jugó un papel importante en la fundación de los Estados Unidos.
Por ejemplo, los primeros exploradores de Norte América –enviados por el rey católico de Noruega en el siglo XIV– dejaron atrás una escultura en la Minnesota contemporánea que llegó a conocerse como la Piedra de Kensington. Data del 1362, y dice: “Salve Virgen María líbranos del mal” (Haciendo de ella el más antiguo registro histórico encontrado en Estados Unidos).
Cristóbal Colón dedicó su viaje de descubrimiento a María, cambiando el nombre de una de sus carabelas, de Gallega a Santa María, y cada tarde conducía a la tripulación de los tres navíos a entonar himnos a Nuestra Señora.
Tras descubrir la isla de San Salvador (nombrado así por el Salvador), Colón y sus hombres llegaron a tierra y cantaron el Salve Regina en honor de Nuestra Señora, enseñaron a los nativos de la tierra el Ave María y otras oraciones católicas.
Las tres carabelas de Colón fueron nombradas: La Santa María; La Niña y La Pinta que unidas en una oración se lee: “Santa María pintada de niña”.
Esto hace referencia al milagroso evento acaecido 49 años más tarde, cuando María “pintó” una imagen de ella misma como una joven señorita indígena en la tilma (o manto) de san Juan Diego – una imagen científicamente inexplicable de Nuestra Señora de Guadalupe que aún existe con toda su belleza, y que motivó la conversión de nueve millones de indígenas mexicanos al catolicismo en el curso de sólo una década.
El explorador francés, el padre Jacques Marquette llamó al gran río de Norteamérica el “Río de la Inmaculada Concepción” (aunque el nombre fue cambiado más tarde a Mississippi).
Los españoles y franceses introdujeron al catolicismo a muchos americanos nativos, pero la única fe verdadera no recibió la bienvenida en las colonias inglesas.
Los colonizadores católicos se establecieron en Maryland (la primera colonia en permitir la libertad religiosa); y pudieron llamar a la colonia como Nuestra Señora sólo porque aseguraron estar rindiendo homenaje a la reina inglesa, Enriqueta María.
Se cree que la intervención de Nuestra Señora pudo haber salvado la vida del General George Washington en muchas ocasiones; también está documentado que ella lo animó en la época más complicada de la Revolución Americana, apareciéndosele en su oficina central en Valley Forge durante el terrible invierno de 1777-78.
Más tarde él la describió como una “mujer de singular belleza”, y narró cómo ella le dijo: “Hijo de la República, observa y aprende”.
En la visión del futuro que tuvo, Washington vio las colonias enraizarse y desarrollarse, sólo para ser atacadas ferozmente y terriblemente azotadas en tres ocasiones diferentes – La Guerra Revolucionaria, La Guerra Civil y el futuro conflicto (¿La Tercera Guerra Mundial?) aún por suceder.
¿Los Estados Unidos han permanecido fiel a los ideales que los fundaron? En particular, ¿Jesús y Su Madre tienen un lugar de honor en la cultura, la política y la economía de nuestra nación?
Las respuestas a estas preguntas son obviamente negativas, por lo que tú y yo estamos llamados a orar, ayunar y a hacer sacrificios por la renovación moral y espiritual de los Estados Unidos, y por la mitigación o prevención de cualquier guerra futura que involucre al país.
América es aún muy querida por el Corazón Inmaculado de Nuestra Señora: nuestra Madre Celestial con gusto obtendría la bendición y protección de su Hijo por nuestra patria, si sólo algunos de nosotros humildemente le suplicáramos esta gracia.
Por el reverendo Joseph M. Esper, sacerdote de la arquidiócesis de Detroit y pastor de la parroquia la Inmaculada Concepción en Anchorville, Michigan, autor de numerosos libros, incluyendo Saintly Solutions, More Saintly Solutions, After the Darkness, Lessons form the Lives of the Saints, y Why Is God Punishing Me? Además de en Amazon, muchos de sus más recientes libros están disponibles en Queenship Publishing.
Fuente Aleteia, publicado originalmente por Catholic Journal (en inglés)

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