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Creditos: Resist the mainstream |
«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.»
Martín Niemöller
articulo originalmente publicado en ingles en Resist the mainstream
por Ezequiel Toti
La frase de Niemöller que nos recuerda en sentimiento anti-judio de los años '40 aplica perfectamente para otro termino menos conocido: la cristianofobia.
Objetivamente cualquier historiador, sociólogo u antropólogo puede comprobar que era menos peligroso ser cristiano en la revolución francesa o en época de guerras mundiales, y que sutil es esta e cristianofobia que de a poco actúa a través de leyes, medios masivos y formadores de opinión!
No hablamos solo de ejemplos evidentes como la cristianofobia en Oriente que se basa en las formas mas primitivas de violencia en aquellos paises musulmanes donde al día de hoy se siguen lapidando mujeres o arrojando homosexuales por las azoteas, o incluso de la mas sofisticada estrategia del estado comunista chino de favorecer una dudosa ''Iglesia oficial'' y generar un remanente fiel de auténticos católicos underground.
Estimar la presencia territorial cristiana en China no es facil pero el informe de 2020 de la ONG Open Doors, calcula que en dicho pais habitan unos 97 millones de cristianos de distintas denominaciones.
En Europa es cosa de todos los días escuchar las demandas de grupos minúsculos pero muy difundidos de quitar los crucifijos de las aulas de los colegios, los cantos de la Divina Commedia de Dante Alighieri donde sitúa a personajes nos cristianos en el infierno y otros pedidos que apuntan a la cultura de la cancelación en detrimento de la historia e identidad romano-cristiana de occidente.
Como señala Pilar Rahola, la problemática actual es que desde las catacumbas no había un intento tan masivo, organizado e impune para acabar contra los cristianos; la escalada que inicia con intolerancia da paso a la discriminación y luego a la violencia física.
En Italia el observatorio de la cristianofobia denominado “Luci sull’Est” demostró que en el mundo muere un cristiano cada cinco minutos por defender su Fe y en España el Observatorio para la libertad religiosa y conciencia estima que en dicho pais la mayoría de los ataques contra cristianos en 2016 fue contra católicos con 147 ataques (un 70% del total) a todo esto cabe preguntarse -Donde esta el supremo pontífice de Roma?
Las sutiles formas que toma la intolerancia religiosa contra los cristianos van desde la prohibición de objeción de conciencia en materia de defensa de la vida inocente y contra el elemental mandamiento ''no mataras'' hasta formas mas propias del relativismo moderno donde cualquier ofensa anticristiana puede camuflarse como expresión artística.
Nada nuevo hay bajo el sol y desde el coliseo romano al genocidio de la Vendee, el cristiano tiene en claro que la vida terrenal es transitoria y que es el mas honorable de los actos dar la vida por amor, amor a Dios y amor martirial que llame a la conversión al otro, pero atención, el martirio es la ultima instancia y el don de la vida debe ser preservado. Sin obsesión, sin aferrarse a la tierra, pero si otorgándole el valor que nuestro Creador le ha dado, somos producto de un deseo suyo.
Luchar con las armas de la paz es posible, instalando la palabra cristianofobia, estudiando el fenómeno, recurriendo a los canales legales privados y estatales y sobre todo denunciando estas ofensas en los medios masivos que rara vez dan lugar a las victimas de este odio.
Pese a todo esto sin embargo hay una faceta aun mas peligrosa del odio anti-cristiano y es el de reducir y relativizar al cristianismo a un mero conjunto de valores, ignorando o falseando el Hecho Salvífico que se da solo en nuestra religión cristiana, dado que para el cristiano Dios bajo al encuentro con el hombre y mostro Su Rostro, se hizo humano y ya no era el hombre quien debía ascender a Dios a través de misterios, meditaciones o iluminaciones.
Los primeros apóstoles que conocieron a Jesucristo murieron en su mayoría mártires dispuestos a jamás negar a su Salvador, no abjuraron de su Fe ni bajo tortura ni a punto de morir bajo penas terribles y brutales.
El que conoció de primera mano a Jesús estaba tan seguro de su Fe que sufrió el martirio con esperanza y confianza, a nosotros que lo conocemos un poco mas lejanamente y solo en nuestros corazones no nos toca, al menos por ahora, el martirio de la muerte pero si el de ser ridiculizados, difamados y discriminados, suframos con altura la cruz pero siempre defendiendo la verdad y la justicia.
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