El príncipe Amedeo di Savoia, héroe de Amba Alagi, Virrey de Etiopia, fue invitado una vez en Turín a un banquete de aristócratas y pudo darse cuenta que el ciudadano afro-descendiente que sirvió la mesa con chaqueta de domestico era un Soberano de Somalia, y que lo había tenido prisionero durante la guerra ítalo africana. Amedeo se puso de pie, forzando a que los demás hagan lo mismo y declaró: “ustedes me saludaron con una inclinación ahora les ruego hagan lo mismo con Su Majestad quien ha servido esta mesa”
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