sábado, 7 de diciembre de 2013


Presentación de nuestros editores
Históricamente la profesión periodística estuvo orientada a informar, formar y entretener. Informar desde la imparcialidad, formar desde los valores no negociables y entretener sanamente.
Así debería seguir siendo, pero toda vez que los Medios de Comunicación como empresas se rigen por los patrones de la economía, los contenidos pasaron a ser productos y “vendidos” como tales.
A la realidad económica que limita la libre expresión como nunca antes, se suma el hecho de que los periodistas ya no son “apóstoles” sino empleados y como tales, en el cuidado de su fuente de trabajo, tienen que dejar pasar cuestiones contrarias a sus principios.
Llegamos entonces a considerar que “Comunicar en la verdad” no es sencillo y en algunos casos se torna imposible.
El periodista cristiano, el comunicador, tiene que luchar permanentemente para poder adaptarse y permanecer en el sistema de información  sin traicionar sus principios.
Aún en los medios confesionales esas limitaciones existen, porque las pautas publicitarias son el oxígeno que les permite seguir respirando. Los empresarios no invierten en este tipo de medios y el apoyo que reciben de los fieles es temporario y la vida de los mismos es efímera.
Así un comunicador con treinta o cuarenta años de ejercicio del periodismo se encuentra con que ha tenido de cambiar permanentemente su lugar de trabajo. Pasa de diario en diario, de revista en revista, de radio en radio.
Muchas veces intenta producciones independientes que, sin ser confesionales, se ocupan de la defensa de la vida y de la promoción de la cultura, sin desconocer, por supuesto la realidad sociopolítica de su entorno. Los patrocinadores o suscriptores resultan insuficientes al momento de los números y dejan de aparecer. Pero el comunicador cristiano no se rinde. Sigue a la espera de una nueva oportunidad para seguir cumpliendo su vocación.
El ciberespacio se abrió como una posibilidad para no tener que pagar costos tan elevados por comunicar. Los e-mail, los blogs, las páginas web, o el facebook, para nombrar sólo algunos, fueron bien aprovechados, pero también requirió un largo proceso de formación tanto para el manejo técnico como para la elaboración de contenidos.
Y aquí estamos nosotros, como hace cuarenta años, aportando un granito de arena en la evangelización de la cultura, comunicando en La Verdad, desde un portal que al igual que el de Belén, donde nació el Verbo Encarnado, es pequeño, humilde, pero lleno de amor.


Eva Lucero de Ortega



Se estima que en la Argentina cerca del sesenta por ciento del total de la población tiene ascendencia italiana. Es decir, casi 25 millones de argentinos tienen un familiar directo proveniente de alguna de las regiones de Italia. Esta cifra meramente estadística no tendría un posible significado de análisis mayor si no reconociéramos la importancia que ha suscitado la influencia del país europeo en el desarrollo de la cultura argentina desde sus inicios como nación, aún cuando no había adoptado su denominación actual. Argentina ha heredado un gran legado proveniente de Italia que no se ha detenido sólo en el origen de sus apellidos: su gastronomía, la adopción de muchas palabras que luego influenciarían en el habla (el lunfardo porteño, por ejemplo), sus costumbres, algunas de sus fiestas, su religión, son parte de los aspectos tradicionales en los que Italia y Argentina parecen haberse fusionado para no separarse jamás. Desde aquí intentaremos conmemorar y fomentar nuestras raíces, sin olvidar nuestro remoto intento por comprender nuestra realidad, nuestro contexto, nuestro pasado. Entonces, ¿qué es Traditio? Traditio es un puente que busca acortar distancias geográficas e históricas, es un niño que con inocente curiosidad necesita saber qué ocurre del otro lado del horizonte, es el respeto por nuestros antecesores y es su posible legado. En otras palabras, Traditio es Dios, Patria y Familia.

Jose Valenzuela



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1 comentarios:

  1. ¡Alabado sea una vez más el Dios Uno y Trino que confesamos! Por este nuevo espacio para comunicar. ¡Gracias a todos los que hicieron posible este proyecto!

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