sábado, 5 de septiembre de 2015




Por E.S.Toti

''Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.''

Estas palabras de Gandalf a Frodo en ''La comunidad del Anillo'', vigente obra maestra de Tolkien, ilustran al arquetipo de sabiduría que necesita el héroe de esta saga.
El valiente Frodo tiene muchos puntos en común con Parsifal (el mítico integrante de la mesa redonda) ambos son movilizados por su corazón puro y valentía mas que por un duro entrenamiento de caballería o pertenencia a un estamento guerrero, Frodo se convierte en el líder motivacional de su comunidad: su inocencia (no ingenuidad, sino mas bien una inocencia optimista de quien cree que todo es posible) motiva al resto que admira este rasgo ya que les da esperanza, los moviliza y los une en su diversidad.
Esta comunidad formada por nueve miembros (nueve compañeros como los primeros Caballeros del Templo de Salomón) cuenta entre sus integrantes no solo hobbits como nuestro héroe sino también un elfo, raza guerrera representada por Legolas, estos últimos parecieran ser el arquetipo del noble, aquel que es aristócrata en todo sentido de la palabra, que destaca por su gallardía y por su comportamiento ejemplar, donde se conjuga la belleza física y moral dando como resultado un ser bastante alejado del ser humano promedio.
En el mundo Tolkien pareciera predominar el concepto de lo ''bueno, bello y verdadero'' al que aspira todo católico y esto no parece casualidad siendo que el autor era un católico tradicional, algunos biografos suponen que por este movio sufrió el ostracismo de su familia que provenian de herencia protestante y esto pudo haber ayudado en que opte por seguir los pasos de su madre católica.
En este libro el misterio del mal se encarna no solo en el principal enemigo Sauron, sino también en Saruman otro personaje mas adaptado a estos tiempos de relativismo, llevado al cine por Sir Christopher Lee (quien conoció a Tolkien) este personaje ilustra al sabio mago al igual que Gandalf el gris, pero es cegado por su propia soberbia y su fe depositada en sus artes, corrompido por el relativismo este mago pierde el timón de su existencia determinando por si mismo que es lo bueno y lo malo, autoengañandose sobre la naturaleza del mal y alejándose de una ley superior a si mismo, confiado en su saber y dando como consecuencia su pase a las filas de la oscuridad.
La estética mitológica y casi pagana de las obras de Tolkien son para quien puede ver mas allá de lo aparente, quien sabe ver los frutos y no el aspecto externo, el mensaje de estos libros no solo no pasa de moda sino que estará siempre presente: un héroe, una misión, la búsqueda que perfecciona al mismo y la lucha constante contra el mal que solo es vencido por el amor.-

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