miércoles, 9 de abril de 2014



POR FRANCISCO ACEDO
Cerca del Tíber, a la altura casi del Puente Milvio, donde Constantino venció la famosa batalla tras ver en el cielo la cruz con el lema in hoc Signo(el archiconocido trigrama IHS) se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos, de la que fue rector San Felipe Neri y que es el templo que el Santo Padre Emérito elevó a Parroquia Personal de los Católicos de Rito Romano Antiguo y confió su cura espiritual a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro. En ella se celebra diariamente la Santa Misa de siempre, según el motu proprio Summorum Pontificum . Allí no existen los problemas de otras diócesis por todo el mundo donde los ordinarios han enviado a las catacumbas a los mal llamados "católicos tradicionalitas" (porque cualquier católico debe defender la Tradición) permitiendo que sean sólo algunos presbíteros quienes celebren en esta variedad del Rito Latino, cuando el Papa Benedicto XVI permitió que cualquier sacerdote lo hiciera sin pedir permiso a su obispo, a diferencia de lo que dispuso Wojtywa en su constitución Ecclesia Dei .
Se acerca por cierto su canonización junto a la de Roncalli y se sigue silenciando en medios oficialistas una de las más crudas realidades de ese pontificado: la excomunión de más de un millón y medio de católicos por ser fieles a la Sagrada Liturgia, mientras que a los seguidores de los desmanes paralitúrgicos postconciliares nadie les ha dicho jamás nada, al contrario, suelen incluso recibir alabanzas y visitas de amplias sonrisas y divertidas merendolas de prelados faltos de criterio. El día en que la generación del postconilio desaparezca veremos qué es lo que queda de la Santa Iglesia.
XBENEDICTO XVIx levantó la excomunión, cosa que nunca se le reconocerá bastante, y Francisco ha asegurado la libertad de celebrar en cualquiera de las dos modales del Rito Latino, pese a que muchos modernistas pensaban que lo iba a abolir. La prueba más evidente de ello es que hace una semana, en el Domingo de Laetare, Monseñor Matteo Zuppi , Obispo Auxiliar de Roma. De él no se pueden tener dudas de "tradicionalismo", como de otros miembros de la Curia, como por ejemplo el Cardenal Burke , que celebra siempre en Rito Extraordinario (la última vez hace pocas semanas en el Oratorio Secreto de los Príncipes Massimo), porque Zuppi es, entre otros muchos cargos, Asistente Eclesiástico de la Comunidad de San Egidio, que se encuentra en las antípodas litúrgicas.
En cualquier caso, Zuppi ha advertido de que el verdadero enemigo de la Iglesia es la división del Cuerpo Místico de Cristo. Si él lo dice, es como si lo dijera Francisco mismo. Bien está que hablemos con otras confesiones y otras religiones, pero mejor sería que, de una vez por todas, los católicos nos sentáramos a hablar con nosotros mismo y viéramos qué es lo que nos une, en vez de hacer capillas y levantar muros que nos separen. Por una parte, aseguro, la mano está tendida.

Foto : EFE

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