Mensaje Navideño de la Delegación Argentina por la Santa Navidad

Amigos,

Una vez más Cristo se hace bebe indefenso y nos recuerda el amor infinito por todo lo creado, el haber elegido vivir la experiencia humana y redimirla, nos recuerda que eligió tener una Madre, que eligió experimentar el sufrimiento, la pobreza y todas las vicisitudes de la vida humana con excepción del pecado.

Cada Navidad, con el nacimiento del Bebe Jesús, al igual que cada nacimiento en el mundo, nos recuerdan que Dios no se ha dado por vencido con el ser humano, y que siempre hay esperanza si los ojos están dirigidos hacia Él.

En un mundo moderno donde reina la confusión, la mentira y el odio, es más que nunca un desafío el intentar ser como niños, pero esto no es imposible. 

Mientras haya vida hay esperanza, esperanza de pedir perdón, de perdonar, de reparar y de abajarse con humildad ante Dios, como él mismo hizo por nosotros haciéndose hombre con un nombre y un rostro, haciéndose un Dios palpable, como no sucede en ninguna otra religión.

Mirando el pesebre (tradición por cierto inaugurada por el seráfico San Francisco de Asís en Greccio en el siglo XIII) pensemos no solo en qué bienes quiera traernos de regalo Nuestro Señor esta Navidad, sino que le regalamos nosotros a Él.

Tomemos también esta Navidad el ejemplo de San José, modelo especialmente de todo varón, quien silenciosa y humildemente recibió a María y al propio Mesías sin entenderlo del todo pero confiando ciegamente en ese hermoso regalo de ser el custodio, proveedor y protector de Dios encarnado.

En un contexto mundial alarmante, no perdamos la paz y la esperanza que el Niño Jesús nos trae y combatiendo la injusta cristianofobia digamos con alegría: Feliz Navidad!

Ezequiel Toti

Croce Reale int.

Presidente Delegado para la Argentina

Presidente Internacional Vicario