El 12 de abril de 1818, a siete días de la gloriosa batalla de Maipú, se encontraba San Martín en la localidad de “El Salto” a dos leguas de Santiago, Chile, adonde se había retirado a pasar un día de campo en compañía de su ayudante O´Brian. En el lugar, en un acto de suprema magnanimidad, quemó numerosas cartas que habían estado en poder de Osorio y que habían caído en manos de O´Brian tras la persecución del general español. “San Martín - cuenta el historiador Luis Pacífico Otero - leyó una por una las cartas que formaban ese legajo documental y cuando hubo terminado esa tarea - dichas cartas en cuestión eran testimonios fehacientes de la deslealtad para con él de varios prohombres de Santiago – pensando no en la venganza, sino en el perdón, las entregó a las llamas”. “Sólo una naturaleza como la suya era capaz de un gesto semejante y el hombre que acababa de vencer al enemigo en el campo de batalla se venció a sí propio”.
Fuente: Ejercito Argentino
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